Crítica - La Vida de Adèle


La Vie D'Adèle
Dir. Abdellatif Kechiche

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Adèle (Adèle Exarchopoulos) vive a sus 15 años, una edad de descubrimientos y cambios, sin embargo el descubrimiento más importante que realizará será el de su sexualidad. Tras salir con un chico de su escuela, la joven conoce a Emma (Léa Seydoux), una particular estudiante de Bellas Artes cuya principal característica es su cabello azul corto, quién la hará conocer aspectos de la vida que aún no conoce, como el amor, el sexo, la madurez y la sociedad francesa contemporánea que, aunque precavida, se abre a toda orientación y gusto.

Hay una escena en La Vida de Adèle (La Vie D'Adèle: Chapitres 1&2, 2013), sexto largometraje del director tunecino Adbellatif Kechiche, en la que la protagonista convive, por primera vez, con los padres de la chica que ha venido a cambiar su rumbo. En la cena, trasciende el peor miedo de Adèle, la incertidumbre de lo que pasará. Bien, uno no puede negar que antes de entrar a la sala de cine, el principal sentimiento que aborda al espectador es la incertidumbre, no sabemos que vamos a ver en las próximas tres horas de metraje.

Ligeramente basada en la novela gráfica Blue de Julie Maroh, la película ganadora de la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes, exhibe a su protagonista y el viaje que ésta comienza en los primeros años de su juventud, desde ahí, la cámara de Kechiche, sigue a Adèle en los próximos diez años. Bajo un argumento interesante, los guionistas convierten a la trama en una historia real, visible y desgarradora; la vida de Adèle, excelente título para la cinta, es retratada en sus puntos más altos y más bajos, en los momentos felices y los olvidables. Vemos su nacer y renacer, las metas cumplidas, los errores, el enfrentamiento personal que hace hacia sus miedos y como, en otras ocasiones, su inseguridad la consume.

La potencia del guión se fortalece gracias al trabajo del realizador, el cual ocupa su tiempo, no adelanta, ni alarga las cosas. Kechiche, introduce su cámara para retratar los estados de ánimo de sus personajes y el entorno en el que se están desenvolviendo. La maestría con la que el director toma ciertas escenas elevan el nivel de la cinta a un grado poético; las amplias escenas de sexo, algunas de casi diez minutos de duración, son explícitas, pero alejadas del bajo grado pornográfico en el que pudo caer, hay amor entre dos personas y se ve retratado mientras explayan su sexualidad. Así como el amor, el realizador logra obtener, el resentimiento y la crudeza de la realidad cuando es necesario ocuparla.

Claro, el trabajo del director podría ser perfecto, pero sin las protagonistas correctas, la película pudo haber caído, ahí es donde entran Exarchopoulos, quien casi tenía la edad que interpretaba y Seydoux, con dos sólidas participaciones. Adèle Exarchopoulos se convierte en Adèle y viceversa, jamás pierde la esencia. Somos testigos del crecimiento del personaje y de la actriz, su rostro, sus expresiones, incluso sus lágrimas derramadas son prueba de ello. La química entre la joven actriz y Léa Seydoux es notable, funcional y arriesgada.

Los prejuicios pueden jugar contra, la también titulada Blue is the Warmest Color, una película francesa sobre un amor lésbico de 180 minutos de duración, sin embargo al correr el último crédito se puede notar que es más que eso, una real y cruda versión de lo que es el amor en una de sus expresiones. Posiblemente debe ser esta, la película a la que todos le deben de perder el miedo.

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La Vie D'Adèle: Chapitres 1&2 | Blue is the Warmest Color
Francia, 2013
Dir. Abdellatif Kechiche
con Adèle Exarchopoulos, Léa Seydoux, Salim Kechiouche y Alma Jodorowsky
Duración: 180 minutos
Distribuye: ND Mantarraya

Película programada en la 55 Muestra Internacional de Cine (Cineteca Nacional)

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