Los Sonidos de.. Xavier Dolan


por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Cambios itinerantes de formato, cámara lenta, colores, close ups e ilimitadas tomas abiertas son sólo algunas de las características que el realizador canadiense, Xavier Dolan ocupa al momento de filmar una película. Ya sea el relato de un joven molesto con su madre o la historia de un publicista que tiene que viajar al funeral de su amante, Dolan siempre encuentra los vehículos perfectos para que sus trabajos marchen en el ritmo y dirección que quiere. Pero, añadido a los ya mencionados, hay un elemento que siempre está presente en las cintas del joven director y que, por momentos, es un personaje más en las escenas: la música.

"La música es el alma de una película por una sencilla razón: es el intercambio definitivo con la audiencia", declaraba Dolan en el 2010 al relatar el proceso de selección por el cual una canción, sin importar su género o intérprete, acababa en sus proyectos. A lo largo de seis años como realizador y cuatro filmes estrenados, el playlist que incluye la filmografía del canadiense tiene a Crystal Castles, The Cure, Celine Dion, Craig Armstrong, Beethoven, Tchaikovsky, Duran Duran, Depeche Mode y Rufus Wainwright, por solo mencionar algunos.

Así como la música tiene, según Dolan, "el poder sobre nosotros para usar nuestras emociones privadas y hacer público el sentido de la película" también nos permite conocer más sobre quien programa, quien escucha y quien ha usado ese mix de artistas y canciones en su cine. Aquí, analizando las cuatro canciones principales de sus cuatro filmes que hemos podido ver, está la corta pero prometedora, carrera de Xavier Dolan:

Noir Desir de Vive la Fete - Yo Maté a mi Madre (J'ai tué ma mère)

Con 20 años cumplidos, Xavier Dolan presentaría en el Festival de Cannes su primera cinta, una honesta versión de la relación que el primerizo director mantiene con su madre. En Yo Maté a mi Madre (J'ai tué ma mère, 2009) el realizador se pondría frente a la cámara y confesaría en múltiples ocasiones, pasajes de su vida, su sexualidad y el ajetreado vínculo que tiene con su progenitora, todo en una ficción irresistible y cautivadora.

Aunque Dolan no era ningún extraño en el negocio del cine, pues había incursionado en la actuación y el trabajo de doblaje, el primer paso en las ligas mayores fílmicas lo daría sin cuidado y sin intenciones de quedar bien, al igual que su personaje, Hubert (Dolan empleándose como su actor principal) un rebelde muchacho que finge la muerte de su madre en la escuela, haciendo obvio el distanciamiento que tiene con la única persona de su familia con quien convive. La madre (Anne Dorval, una especie de mejor amiga del director y enemiga natural del personaje que este interpreta) no se explica el por qué de su rechazo. 

Explorando su sexualidad, Dolan y Hubert mantienen una relación secreta con Antonin Rimbaud (Francois Arnaud), hijo con un toque de artista de una despreocupada madre. El idilio que Hubert y Antonin (cualquier referencia a los poetas Antonin Artaud y Arthur Rimbaud es más que válida) sostienen, sería escenario para un apasionado encuentro entre pintura, la aprobación y el rechazo. Al tener luz verde para pintar el despacho de su madre, Antonin y Hubert, a quien no había visto en un largo tiempo, se reencuentran en un abandonado piso donde, a modo de un lienzo de Jackson Pollock, ambos juguetean y consuman su amor, todo mientras Noir Desir del grupo Vive la Fete, una canción sobre la perdida de control ante la sensación de crecimiento, suena en la pantalla en una escena al más puro estilo de Wong Kar-Wai o Gus Van Sant.



Bang Bang de Dalida - Los Amores Imaginarios (Les Amours Imaginaires)

"Mi ricordo quando noi. Eravamo due bambini. E puntiamo le pistole. Dai cavalli a dondolo. Bang Bang, lo sparo a te. Bang Bang, tu spari a me. Bang Bang, e vincerà. Bang Bang, chi al cuore colpirà", canta Dalida en Bang Bang, tema que suena en dos ocasiones en el segundo filme de Dolan; Los Amores Imaginarios (Les Amours Imaginaires, 2010), la historia de un triángulo amoroso entre tres muy cercanos conocidos.

Nacida como una idea durante un viaje entre Dolan, Monia Chokri y Niels Schneider, el filme es el objeto más superficial y extravagante en la carrera del cineasta que un año antes había maravillado a muchos con su ópera prima. Lejos de la sorpresiva madurez que había mostrado en Yo Maté a mi Madre, aquí el realizador se sumerge en un poco ambicioso juego donde obtiene resultados disparejos, por un lado se nota un obvio crecimiento como director al mismo tiempo que se inmiscuye en otras áreas de la producción como el diseño de vestuario y la dirección de arte, pero pierde por completo el sentido del filme hacía un final peculiarmente fallido.

Este "hipster" retrato de una juventud desenfrenada goza de un soundtrack interesante. Jump Around de House of Pain en una fiesta que presentaría a Francis (Dolan) y Marie (Chokri) con Nicolas (Scheinder) y una sencilla versión a capella de Every Breath you Take de The Police en voz de un apasionado Niels Scheinder, cantándole a sus dos nuevos mejores amigos, son dos ejemplos de la guía del cineasta en la musicalización del filme. 

Bang Bang, que también se puede escuchar en los créditos de Kill Bill Vol. 1 de Quentin Tarantino en su versión en inglés, es la pieza central de la armonía musical del filme. Después de recibir una invitación a comer, Marie se prepara para asistir al encuentro con su objeto de deseo; se peina, se maquilla. Francis, por su parte, hace lo propio al aplicarse un delicado perfume. Una vez listos, cada uno emprende el camino al restaurante donde Nicolas los ha citado, sin que ninguno de los dos amigos sepa de la posible presencia del otro. El joven es el primero en llegar y esboza una característica sonrisa propia del realizador, la dama le sigue en el camino para llegar y saludarse hipócritamente, todo rodado en cámara lenta y con especial atención a los colores y detalles. Al final, la historia que la cantante relata sobre dos amigos de la infancia cuyos disparos pasan de un inocente juego a ser dolorosos impactos, no está tan lejano a la historia que Dolan quiere contar.



A New Error de Moderat - Lawrence Anyways

"A veces la idea para una película inicia escuchando una canción. A New Error me permitió imaginar Laurence Anyways en mi mente. Usamos la canción en el trailer que edite y literalmente se quedó en mi cabeza por dos años, incluso antes de que yo escribiera algunas escenas en el guión" declaró Dolan a la revista Vogue dos meses después de estrenar su tercer cinta, Laurence Anyways (2012) en el Festival de Cannes.

Después de Yo Maté a mi Madre y Los Amores Imaginarios, Laurence Anyways es una tradicional bocanada de aire fresco en la filmografía de Dolan centrándose en un problema más maduro sin dejar de lado las características propias de su cine. Ubicada en los noventas, la década que el realizador define como aquella que lo formó, el filme sigue a Laurence Alia (Melvil Poupaud) un maestro de preparatoria que después de pensarlo por años decide convertirse en mujer, todo con el apoyo de Fred (Suzanne Clément), su fiel novia.

En su obra de casi tres horas de duración, el canadiense, con el pretexto de contar una historia de amor a lo largo de los años y los géneros, retrata a Montreal en una época en la que la apertura sexual era algo que apenas empezaba manteniendo un dejo autobiográfico en la grandilocuente trama. La química entre Poupaud y Clément, esta última en su segunda colaboración con Dolan, es evidente al igual que el buen trabajo de Yves Bélanger (su mas reciente trabajo, Dallas Buyers Club del también canadiense Jean-Marc Vallée) en la fotografía y la inclusión del director y guionista en la musicalización.

"En una película como Laurence Anyways, la música es la antítesis de una idea de último momento, es una de las estrellas... La música no es sólo una excusa para que un director presente su colección de discos y en este caso, además de proporcionar una cierta ayuda rítmica en el continuo espacio-tiempo de una película que viaja la mayor parte de una década, estas canciones acompañan a mis personajes a través de sus vidas, a pesar de que no pueden corresponder a mis gustos personales. Estas canciones recuerdan a los personajes de quienes son y el amor que se tienen," escribía el realizador en el kit de prensa de la cinta entregado en Cannes durante la exhibición de su película en el certamen Una Cierta Mirada. 

Su argumento justifica a la perfección la presencia de canciones como Bette Davis Eyes de Kim Carnes como ambiental durante una conversación en un auto, Enjoy the Silence de Depeche Mode o Moisture en un club Remix a cargo de Headman, este último como la música de entrada en la primera vez de Laurence vestido como mujer en su lugar de trabajo. Sin embargo es A New Error de Moderat quien cobra una notoriedad especial gracias a la artística escena en la que se localiza. 

Fred cierra el sobre lentamente y suspira. Laurence espera con un cigarro encendido entre sus dedos a la noticia. El silencio es interrumpido por una sonrisa de cómplices entre ambos. Los primeros acordes de la canción comienzan a sonar al mismo tiempo que en la pantalla se proyectan paisajes nevados, es Ile au Noir en algún momento de 1996. Entre ropa cayendo y en completo slow motion, los amantes caminan sobre un pasillo rodeado por nieve. Sonríen, se abrazan y confiados caminan hacía el futuro narrativo que Dolan promete en menos de tres minutos. Su historia está por cambiar.


Santa María de Gotan Project - Tom en el Granero (Tom à la Ferme)

Utilizando una versión francesa del tema de El Caso Thomas Crown; The Windmills of your Mind como tema de apertura, Pleurs Dans la Pluie de Mario Pelchat como canción de amor entre dos amantes ahora separados por la muerte, Sunglasses at Night de Corey Hart como sonido ambiental en un bar en medio de la nada y Going to a Town de Rufus Wainwright como himno de la perdida del sentido de pertenencia, Dolan entrega en Tom en el Granero (Tom à la Ferme), versión cinematográfica de la obra de Michel Marc Bouchard, su trabajo más completo y accesible.

Tom (Dolan) viaja a un pueblo lejano para asistir al funeral de su recién fallecido novio. En el lugar le esperan una dolida madre, Agathe (fantástica Lise Roy) y un desconocido hermano, Francis (Pierre-Yves Cardinal) quien al saber la relación que ambos tenían, amenaza a Tom para que no cuente la verdad, se limite a hacer sentir bien a la madre y abandone el lugar cuando sea necesario. Sin embargo, mientras más días pasan y todos se entrometen en las labores del granero de la familia, la relación que el visitante establece con su captor / anfitrión y su madre se va haciendo cada vez más estrecha y cada vez más peligrosa.

La relación entre Tom y Francis ha abandonado el terreno del secuestro para establecerse como una extraña relación de sumiso y controlador. Después de ayudar en el alumbramiento de una de las vacas de la granja, Tom acompaña a Francis al granero donde el tema surge y la música comienza a sonar. Francis le explica a Tom que su fallecido hermano y él tomaron clases de tango para poder conquistar a las mujeres del lugar. Ambos, buenos bailarines comienzan a relajar el paso y disfrutar del baile, mientras el peligroso hermano le cuenta su fantasía personal de deshacerse de su madre; Santa María (Del Buen Ayre) del grupo Gotan Project es el tema de esta provocativa escena.


Dolan dirigió en el 2013 el videoclip musical de College Boy de la banda Indochine, un doloroso video donde presenta el bullying en una escuela religiosa como escenario principal para el sufrimiento de un tímido muchacho. Del video se obtiene la idea de filmar su próximo proyecto en un formato rectangular vertical y al protagonista de la misma: Antoine-Olivier Pilon

En Mommy, que ya ganó el premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes, el también actor y guionista ocupa un nuevo método para ambientar musicalmente la acción: "La mayoría de las canciones que se escuchan en Mommy vienen de un mixtape de un personaje y no de mi playlist personal, algo nuevo para mi en términos de sistema cinematográfico."

En el filme, donde se cuenta la historia de una madre que sufre el violento y destructivo síndrome ADHD de su único hijo, hay canciones de Dido, Sarah McLachlan, Andrea Bocelli, Céline Dion y Oasis, quienes fácilmente se podían escuchar durante la década de los noventa en Canadá.

"Recuerdo a Pauline Kael escribiendo sobre Scorsese y diciendo que en el tipo de películas que él hace, las canciones no están sobre la película sino dentro de ella, en el radio, en cafés o en la televisión. Con la música y ese enfoque diegético, hay una forma de involucrar al público en la auténtica verdad desnuda de los personajes, lo que hace que se olviden de las ideas y deseos de un director. Me gusta eso" dice Dolan sobre la música en Mommy, su consagración como realizador sin dejar de lado su imagen de enfant terrible. A nosotros nos gusta eso.

Nota: Para acompañar este artículo existe un playlist en Spotify donde se encuentran todas las canciones mencionadas. Se puede encontrar bajo el nombre: Los Sonidos de Xavier Dolan o dando click en el siguiente enlace.

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