Crítica - X-Men: Apocalipsis


X-Men: Apocalypse
Dir. Bryan Singer

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Hace dos años, Bryan Singer sorprendió a todos con una película que resultaba ser infinitamente mejor a lo que se esperaba. Con el regreso de Superman y un intento de asesinato a Hitler en su espalda, el director de Sospechosos Comunes regresaba a la saga de superhéroes que impulsó y marcó el inicio de una temporada de películas basadas en cómics que aún no acaba. Con X-Men: Días del Futuro Pasado, Singer lograba algo que era emocionante, divertido y extrañamente funcional, características que hoy se ven como un lastre para X-Men: Apocalipsis (X-Men: Apocalypse, 2016), una secuela que desafortunadamente carece de todos los valores que poseía su predecesora y obvia candidata a comparación.

Después de permanecer miles de años enterrado en los cimientos de Egipto, Apocalipsis (Oscar Isaac), un poderoso mutante convertido en Dios, despierta decidido a acabar con la humanidad y crear una nueva civilización regida por él y sus cuatro jinetes. Ante el evento, Mystique (Jennifer Lawrence) organiza a un grupo de estudiantes del Profesor Charles Xavier (James McAvoy) para luchar contra el villano ancestral y sus cuatro ayudantes, entre ellos Magneto (Michael Fassbender) motivado por un deseo de venganza personal.

Partiendo de los eventos sucedidos diez años atrás en Washington (narrados en Days of Future Past), pero con mayor injerencia de todo lo presentado en X-Men: Primera Clase, la sexta película en la franquicia de los hombres X plantea una historia más que conocida en este género de películas: un villano ha decidido salvar a la Tierra desapareciendo a todos sus habitantes, eso si un grupo de héroes no se interpone en su camino. Bajo esa idea, llámese Avengers: Era de Ultrón o X-Men: Apocalipsis, el desarrollo no parece muy complicado. La amenaza surge, los héroes se reúnen y combaten al villano hasta vencerlo (no, no hay spoiler alert dada la repetición usual en la premisa), todo parece sencillo en comparación con los saltos en el tiempo de Future Past o las tensiones internacionales de First Class, sin embargo hay algo que no funciona aún frente a lo que parece no requerir mayor complicación.

El guión escrito por Simon Kinberg, tarda en adquirir importancia gracias a todos los tópicos que quiere abarcar. Iniciando en el Egipto antes de nuestra era para después brincar entre continentes presentando a los nuevos personajes que la historia requiere, viejos conocidos con nuevas caras, el argumento naufraga entre tópicos que poco o nada aportan en especial a esta nueva entrega. Si bien el eterno análisis a Magneto, quizá uno de los villanos mejor estructurados del género, se nota plausible pero alargadamente fuera de lugar, algunos puntos del filme, como la relación de Xavier y la agente de la CIA de Primera Clase o la aparición de cierta figura de autoridad, solo para justificar la participación del mutante más famoso de la saga en una secuencia tramposa pero satisfactoria para los fans, rompen con el ritmo y la intención de la trama, haciéndola pesada y por momentos, especialmente en los que el villano justifica todos sus planes y aprende a comunicarse en el idioma de Hollywood, absurda.

Singer tampoco puede hacer mucho para rescatar a X-Men: Apocalipsis, pues su acostumbrada destreza narrativa se pierde gracias a la extremosa cantidad de efectos especiales y secuencias de acción, algunas justificadas y bien elaboradas y otras más bien gratuitas. No hace falta argumentar la capacidad de Singer en el terreno que mejor conoce, pero ante los excesos que rodean a esta película, que además se da el tiempo de explorar la faceta vulnerable del personaje sobreviviente al exterminio nazi en lo que parece una mejor aterrizada película dentro de los pesados 143 minutos de duración, la música siempre a tono de John Ottman, la colorida (tal vez demasiado) fotografía de Newton Thomas Sigel o la alucinante escena del Quicksilver de Evan Peters, que una vez más se vuelve a robar toda la película en una buena repetición de lo ya visto en cámara lenta anteriormente, pero ahora con el brutal acompañamiento musical de Eurythmics, apenas destacan.

Ante esta comprobación fílmica de que "más es menos", el elenco ya conocido se mantiene gracias a las buenas participaciones de Michael Fassbender y James McAvoy, ambos instalados en los papeles de Charles Xavier y Eric Lehnsherr, las figuras humanas que superan en potencia a sus contrapartes mutantes. Jennifer Lawrence, convertida en la protagonista del filme, decepciona al entregar una vez más a la molesta y casi frígida figura salvadora a la Katniss Everdeen de los últimos capítulos de la saga de Los Juegos del Hambre; la importancia que Mystique había adquirido con la película anterior se magnifica en esta entrega, todo lo contrario a lo que Lawrence hace con su interpretación del personaje. Las nuevas caras del reparto aparecen con resultados mixtos, Sophie Turner, conocida por los fans de Game of Thrones, el joven actor en ascenso Tye Sheridan y Kodi Smit-McPhee, este último con chaqueta de Thriller y un brillante color azul, realizan un buen trabajo al entrar en la piel de Jean Grey, Scott Summers y Kurt Wagner (mejor conocido como Nightcrawler) respectivamente, cosa que no pueden decir Ben Hardy, la guapa pero poco lucidora Alexandra Shipp y hasta el gastado entre maquillaje Oscar Isaac (¿Qué hicieron con Oscar Isaac?).

En algún momento de la película, Bryan Singer bromea en voz de sus jóvenes integrantes sobre la calidad de las secuelas, "Si en algo tenemos que estar de acuerdo es que las terceras partes son las peores" puntualiza el personaje. Pareciera que Singer, en complicidad perfecta con su audiencia, juega con los pésimos resultados de la tercera entrega de la saga original de X-Men, aquella que el mismo inició en el 2000 y al mismo tiempo enaltece sus dos cintas anteriores, lo peor de esa broma, es cuando los créditos terminan (y un poco más, pues como en todas las películas de Marvel hay una escena adicional al finalizar el metraje) y tal oración no solo es una sentencia hacia el filme dirigido por Brett Ratner, también hacia la propia X-Men: Apocalipsis. Después de un ascenso inesperado, Singer y la nueva corriente de películas de los X-Men han caído.

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X-Men: Apocalypse
Estados Unidos, 2016
Dir. Bryan Singer
con Michael Fassbender, James McAvoy, Jennifer Lawrence, Oscar Isaac
Duración: 143 minutos
Distribuye: 20th Century Fox México

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